martes, 22 de febrero de 2011

Ismael Serrano

Después de pensarlo mucho, espantarnos la pereza y hacer más caso al corazón que a la cabeza, el sábado nos presentamos en la Fábrica de Tornillos poco antes de la hora fijada para el comienzo del concierto con nuestras flamantes entradas.

Ya había estado en cinco o seis conciertos de Ismael Serrano, el último hace un par de años en Logroño en el Teatro Bretón, y la verdad, todas las veces fue una delicia escucharle.

Esta vez, dudé bastante antes de decidirme, quizá porque no tenía muy “trillado” el último disco, quizá porque no sé de carrerilla la letra de todas las canciones de los últimos trabajos, aunque las que aprendí hace doce o catorce años no se me olvidan, como si las llevara grabadas a fuego en un hueco recóndito de la memoria que brilla con esmero al recordar.

Me sorprendí, gratamente, al encontrar la superficie de la Fábrica de Tornillos cubierta de sillas. Me entraron los nervios de pensar que había pecado de optimista y no iba a encontrar un sitio adecuado. No fue así. Cuarta fila, y el asiento de delante vacío.

Nada más entrar los músicos al escenario me sentí como en casa: Fredi Marugán y Javier Bergia, imprescindibles, Jacob Sureda y Josemi Garzón.

Y nada más escuchar la voz de Ismael, me sentí como la primera vez. ¡Menos mal que nos decidimos a venir!


Me encantó la puesta en escena, me pareció muy original el “vecindario” construido en los monólogos que hilaron las canciones, me gustó mucho la canción de Bergia “Palito de madera”, y por supuesto, me cautivó Ismael, como siempre, su voz, su delicadeza, su emoción, su entrega en los relatos y en las canciones, como si no llevara quince años subido a un escenario, como si fuera la primera vez que les cantaba a las Madres de Mayo.

El resto, un viaje maravilloso, una mezcla de sentimientos increíble, unos recuerdos dormidos rescatados, de nuevo la historia de mi vida cantada con emoción, de nuevo la banda sonora de más de diez abriles de mi juventud sonando con precisión mientras miles de emociones, pasadas y presentes, me asaltaban en cada esquina de cada nota.

Fueron canciones, reivindicaciones, nostalgia, historias, que son siempre distintas pero son siempre la misma, que rozan con suavidad y despiertan un escalofrío, que espero que no acaben nunca, que me convierten en protagonista de cada verso, hasta el punto de notar cierto pudor por ver mi intimidad cantada con ternura sobre el escenario.

En definitiva, más de tres horas de felicidad completa, de lágrimas y risas, de pura magia, y la suerte de compartirlo con la única persona que puede sentirlo así conmigo. Nuestra biografía hecha canción.


Vídeo musical: "Sucede que a veces" del disco "Naves ardiendo más allá de Orión"
Director: Lara Arellano
Fecha de grabación: 23/24 de febrero de 2005
Lugar de grabación: Barrio de San Telmo y alrededores de la Plaza de los dos Congresos (Buenos Aires)