jueves, 6 de mayo de 2010

Entre fogones

En mí se hace cierto el dicho de que comer es un placer. Disfruto con la comida, y pienso que hay poca gente que no lo hace.

Supongo que será así desde siempre. No recuerdo haber tenido épocas de mal comer, excepto durante algunos momentos duros y estresantes en los que se me cierra el estómago y no entra ni la tortilla de patatas de mi madre, que es entonces cuando reconozco que estoy hecha un trapo.

Desde hace unos años además disfruto con la cocina. La verdad es que en casa, antes de salir fuera a estudiar, no le había prestado mucha atención. Sabía freír un huevo, un filete, hacer macarrones, arroz y poco más. Pero desde que empecé a tener que hacerme yo la comida, descubrí un mundo apasionante, que me atrae muchísimo, aunque he de reconocer que también a veces me da pereza enfrascarme en una receta nueva.

Poco a poco he ido aprendiendo cosas nuevas, incorporando trucos y consejos, pero siempre con la base de la cocina de mi madre, y con unas recetas suyas que copié en una libreta antes de marcharme a León. Luego algunas se han transformado en documentos de Word y otras se han esfumado, porque allí figuraban recetas de cremas, lentejas o pisto, ya tan trilladas que pertenecen a la memoria, y son los platos que me quedan increíblemente parecidos a los de mi madre.

Con este fondo de cocina empecé entre los fogones, con mejor o peor resultado según las ocasiones, experimentando con la veterinaria palentina primero, y luego con el buencomer y el buenhacer del aprendiz de Arguiñano.

Y en estos últimos tiempos no puedo dejar de reconocer la ayuda y el ánimo que suponen para mí los blogs de cocina. Entre los muchos que visito, mis favoritos e incondicionales son los dos que hay en la lista de blogs. Me gusta Pasen y Degusten porque explica cada paso minuciosamente, y porque tiene repostería y muchos postres originales y fáciles. En Webos Fritos encuentro platos más elaborados, con combinaciones inverosímiles de ingredientes, fotos que me cautivan, y sobre todo me encanta porque me ha metido el gusanillo del pan, y todavía me sorprende todo lo que nos puede llegar a gustar la mezcla de harina, agua, levadura y sal.

Para ser una buena cocinera me falta muchísima práctica, y a las pruebas me remito, que cargo a mis espaldas bastantes fracasos sonados, pero no pierdo la ilusión y sigo mezclando como me apetece, para de vez en cuando descubrir sabores imposibles, ricos, ricos.
Las fotos son de los panes que he hecho siguiendo las recetas de Su de Webos Fritos, y del batido de fresa de María José de Pasen y Degusten, porque aunque he hecho muchos de sus postres, no tengo imágenes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy por el segundo intento para enviar un trueno y me enfadaré si ahora no me sale.Decía que hay que probar ese pan urgentemente,con lo panarras que somos es la mayor tentación.Beso."La aprendiz de informática".

Anónimo dijo...

Que buena pinta tiene, un beso. Chus